NOTA DEL DIRECTOR

¡ADVERTENCIA! Esta es una película humanista, una historia de personas contada por otras personas que se han dejado la mochila de los perjuicios en casa y se han lanzado a conocer esta realidad de primera mano, a observar y a hacer preguntas, a arriesgar, a mirar sin juzgar y, en definitiva, a buscar la verdad nos guste más o menos el resultado y contarla tal cual, aunque esto suponga rechazos y vetos. Prácticamente, un método antropológico de investigación. Por tanto, si quieres o esperas ver una historia maniquea, discursiva o de orientación política, este no es tu documental.

VIDAS MENORES es un relato auténtico vivido en primera persona y, como tal, narra situaciones y testimonios que van mucho más allá de un reportaje. Aquí no vas a encontrar datos, ni estadísticas, ni opiniones y análisis de expertos, ni siquiera voz en off, aquí vas a ver aquello que brota cuando el periodista se hace «invisible» en la medida de lo posible. Momentos de autenticidad que solo se logran tras varios años de trabajo y muchos meses de convivencia en la calle, en las casas de las familias, explicando con sinceridad el objetivo de tu trabajo y trabajando con respeto por quienes acceden a compartir públicamente una parte de sus vidas. Pero un respeto no exento de rigor y espíritu crítico que no pretende explicar el fenómeno de los MENA, ni justificar nada ni a nadie, ni dar voz a diferentes partes, ni elaborar teorías, ni abarcar todos los ángulos. Se trata de acercarse a las personas, a sus motivaciones, actitudes y en la medida de lo posible a sus circunstancias, para conocer más y comprender mejor.

No obstante, he de señalar que esta película recoge solamente un pequeño porcentaje del material filmado y un minúsculo porcentaje de lo vivido. De hecho, no pocas personas nos han reprochado que no se muestren explícitamente las actitudes disruptivas que generan más controversia social, pero este es un documental cuyos protagonistas son (a efectos legales) menores de edad y las leyes de protección del menor son rigurosas respecto a mostrar según qué cosas. La alternativa era difuminar las caras de los protagonistas, pero ese es un camino que he preferido no transitar porque sería otro tipo de documental.

Otra razón principal tiene que ver con la gran complejidad que supone llevar a cabo un rodaje en el que está presente la hostilidad, la desconfianza, el rechazo, las amenazas, la manipulación, el engaño e incluso la violencia física hacia quienes entramos en este territorio resbaladizo donde hay tanto en juego, hacemos preguntas y filmamos. A veces no es posible ni sacar la cámara por el tipo de entorno en el que se mueven, por el contexto en el que se desarrollan sus vidas, con todo tipo de intereses detrás que les manejan y les dirigen, propiciando y justificando que, con frecuencia, pasen de atemorizados a atemorizadores. Y con ese entorno me refiero a familiares, a autoridades con y sin uniforme, a organizaciones que actúan como si estos menores fuesen de su propiedad, a políticos, a clérigos musulmanes, a activistas, a traficantes de personas y de drogas, etc. Todo ello en ambos lados del Mediterráneo.

Por tanto, tanto lo que muestra como lo que no se muestra es el resultado de muchísimas condicionantes.

¡SEGUNDA ADVERTENCIA! Además de los márgenes ya mencionados, VIDAS MENORES tiene otro sesgo que quiero explicar: Los protagonistas, como el resto de chicos de su edad, no son ajenos al significado e impacto de las redes sociales, de las herramientas de comunicación, al poder de la televisión y del cine. Todas las personas tenemos nuestra versión privada (nuestra verdad, lo que sólo compartimos con los íntimos) y también nuestra versión pública (la que tratamos de proyectar a la sociedad). Como todos hacemos, los chicos que protagonizan este documental tratan de ofrecer una versión pública conveniente, con un discurso que no siempre es el reflejo de la realidad, o, al menos, de toda la realidad. La labor del documentalista es superar esa frontera para hacer su trabajo lo mejor posible buscando la verdad (lo contrario sería un publirreportaje) y eso hemos tratado de hacer en todo momento, pero con las limitaciones que ya he explicado. Por eso, lo que verás y escucharás en esta historia exige una actitud activa del espectador para poder interpretar las situaciones y testimonios que se recogen en ella más allá de lo obvio, para atar cabos y leer entre líneas. Quien busque, encontrará.

En resumen, VIDAS MENORES tiene por objetivo proponer a la sociedad una aproximación honesta y humana a esta realidad, huyendo de lugares comunes y del trazo grueso. Se trata de ofrecer elementos de juicio que permitan valorar este fenómeno con mayor profundidad. Por ello, a pesar de haber entrevistado a muchas personas de diferentes ámbitos relacionados con el tema, hemos decidido finalmente prescindir de otras voces que no sean las de los chicos, y también de una voz en off autoral o discursiva que le diga al espectador cómo tiene que pensar o interpretar los hechos.

Somos conscientes de que esta opción no es la más “comercial”, ni la más satisfactoria para algunas personas, ni la más fácil para encontrar espacios de distribución mainstream. También somos conscientes de que la independencia de criterio y la libertad de pensamiento penalizan mucho hoy día, ¡y no digamos cuando se trata de un tema tan sensible políticamente como este!, pero hemos optado por contar como creemos en conciencia que debemos contar: mostrando, hasta donde hemos podido, aquello que permita un acercamiento real, sin interpretaciones, juicios de valor y discursos que entorpecerían la credibilidad de este trabajo y su principal objetivo: aportar conocimiento a la sociedad. Y luego que cada espectador tome la posición que considere, pero ya con una mayor y mejor información. Por eso, cuando se muestra la película, y más si acompaña una explicación o un coloquio, se recibe con una excelente acogida y se entiende perfectamente esta elección narrativa.

Un último comentario. Alguien colgó en Youtube una versión de 42 minutos que se pudo ver desde Marruecos, generando un torrente de cientos de comentarios y cierta controversia social en aquel país. A los pocos días desapareció de la plataforma… nos dijeron que por petición gubernamental.

Algo habremos hecho bien…

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